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Manipulando a mi Tía #4: El cabroncete de mi amigo

De vez en cuando veía como ella miraba de reojo a Yeray, la camiseta ajustada de éste marcaba sus abdominales y sus trabajados bíceps, ese era uno de los motivos por los que tanto éxito tenía con las chicas y el motivo de que ahora me pusiese celoso, el ver como mi tía también caía rendida a sus encantos me resultaba insoportable.


Así pasó la tarde hasta que llegó la hora de cenar, como yo no iba a poder conectarme para hacerme pasar por su novio de internet, fui un momento a mi habitación y entré en Badoo para escribir un mensaje, la idea era pedirle disculpas por no poder chatear con ella para que no se preocupase, pero eso si, recordándola que la noche siguiente tendría que cumplir lo que había prometido que haría con su sobrino.


Cuando regresé al salón me quedé en el pasillo y vi como Yeray, sin despegar los ojos de las tetas de mi tía, hablaba animadamente con ella diciéndole lo guapa que estaba y la pena que le había dado que se cambiase de ropa. Andrea sonreía alagada agradeciendo sus cumplidos.


YERAY // Andrea, prométeme que la próxima vez que vengamos nos recibirás igual y no te cambiarás.
ANDREA // ¿Pero va a haber una próxima vez?
YERAY // Claro, este trabajo no lo acabamos en un día, tendremos que reunirnos de nuevo.
ANDREA // Vaya, yo pensaba que iba a ser solo hoy, en fin, si tenéis que seguir trabajando juntos tendrás que venir otra vez, que le vamos a hacer.
YERAY // Por favor, dime que si, no sabes lo guapa que estabas con la ropa que llevabas antes.
ANDREA // Bueno, tu ven pero no te prometo nada.
YERAY // Además, yo soy como de la familia, si quieres puedes adoptarme también como a Javi, no sabes cuanto me gustaría que me recibieses todos los días como lo has hecho hoy.


Mi tía sonrió y respondió que con un adolescente en casa ya tenía bastante. Entré al salón interrumpiendo la conversación y seguimos cenando, a cada momento veía como Yeray miraba a mi tía de reojo y ésta esquivaba su mirada muy nerviosa. Cuando en alguna ocasión se cruzaban sus miradas, él sonreía abiertamente y ella se movía inquieta en la silla.


A las diez Andrea se despidió de nosotros y se fue como siempre a su cuarto, unos minutos después me llamó para que fuera a su habitación.


ANDREA //  Javi, mi novio me ha dejado un mensaje diciendo que hoy no va a poder estar en nuestra cita. ¿Yo puedo contestarle?
JAVIER //  Claro, solo tienes que escribir tu mensaje y cuando él se conecté podrá leerlo.
ANDREA //  ¡Ah! Gracias cariño.


Me dio dos besos y volví al salón para continuar trabajando, un par de horas después yo me fui a mi habitación y Yeray se quedó en el  salón para dormir en el sofá.


La mañana siguiente, cuando nos levantábamos para ir a la Uni, mi tía nos esperaba en la cocina con los desayunos preparados, al verla me llevé una tremenda sorpresa, tan solo iba vestida con un camisón negro cortito que transparentava sus grandes tetas y que difícilmente tapaba las braguitas. Al vernos entrar nos observó nerviosa e expectante, sin duda estaba esperando nuestra reacción, pero al ver mi cara de sorpresa y casi de enfado, se sonrojó y esquivó nuestras miradas mientras nos pedía que desayunáramos.


No me lo podía creer ¿Por qué se había vestido tan provocativa? ¿Por qué hacía eso estando allí Yeray? Debería haberse puesto una bata o al menos algo más discreto. Mi amigo no apartaba la vista de sus tetas y de su culo, por lo que le dije que desayunase rápido para salir cuanto antes de allí, sentía celos al ver como Yeray se la comía con la vista y ella no hacía nada por evitarlo.


En un descanso entre clases me conecté a Badoo para ver qué mensaje había puesto Andrea la noche anterior, al hacerlo pude ver que no había uno sino dos, uno de anoche y otro de esta misma mañana. En el primero decía que sentía mucho no poder charlar y “jugar” conmigo, y en el segundo relataba algo que había sucedido durante la noche y que estaba deseando contarme.


Hola mi amor, no sabes cuanto te eché de menos anoche, aunque sucedido algo que no puedes ni imaginarte, me da muchísima vergüenza pero te lo voy a contar y espero que no te moleste.
Ayer vino mi sobrino con un compañero de la universidad para estudiar juntos y como acabaron tarde éste se quedó a dormir en casa. Es un chico alto, musculoso y muy guapo. A eso de las dos de la mañana oí un ruido y me levanté a ver qué pasaba, al salir al pasillo observé que la luz del baño estaba encendida y la puerta entornada, me asomé y vi que el amigo de Javi estaba meando. En vez de irme rápido, no se por qué motivo, me quedé allí mirándole como una tonta.


Él, al verme, me sonrió y se giró de forma que yo pudiera ver su pene mientras seguía meando. Ya se que debería haberme ido de allí de inmediato, pero no pude, al ver su miembro me quedé paralizada. ¡Lo tiene muy grande! Antes de darme tiempo a reaccionar vi como acababa de mear y se sacudía el pene frente a mi sin que yo pudiese apartar la vista de él, entonces se aproximó, cogió mi mano y la puso donde antes tenía la suya.


Me da mucha vergüenza decírtelo y espero que no pienses que soy una mujer facilona, pero al rodear su miembro con mis dedos sentí como una ola de calor recorría mi cuerpo y de forma instintiva comencé a sacudírsela como había visto que lo hacía él antes, su mano estaba sobre la mía y me guiaba en cada sacudida marcando el ritmo con el que quería que le masturbase, y por algún extraño motivo era incapaz de parar.


Entonces puso la otra mano en mi cabeza presionándome para que me agachase, al ver que me resistía me susurró al oído que me arrodillase y le hiciese una mamada, y a punto estuve de hacerlo, no sabes cuanto me costó rechazar su propuesta, porque la verdad es que deseaba desesperadamente meterme esa enorme polla en mi boca, pero tuve un momento de lucidez y le dije que no, así que seguí pajeándole allí de pie.


Mientras lo hacía, comenzó a tocar mis pechos, los acarició con suavidad susurrándome lo mucho que le gustaban y las ganas que tenía de tocármelos desde que había llegado a casa, solo con sus caricias noté como mi sexo se humedecía y mis bragas se empapaban sin remedio, pero por suerte no pellizcó mis pezones.


También intentó meter la mano bajo mi braguita y acariciar mi vulva, pero no le dejé, gracias a Dios no insistió de nuevo, porque de haberlo hecho creo que me hubiese hincado de rodillas frente a él y se la hubiese chupado aunque no me lo pidiese, e incluso le hubiese dejado que me follase allí mismo. ¡No sabes lo caliente que estaba!


Cuando iba a correrse se sentó en el WC y tuve que arrodillarme frente a él, a ver su miembro junto a mi cara no pude apartar mi vista de su glande, estaba rojo e hinchado. En ese momento tuve la tentación de meterme la polla en la boca y chupársela sin parar hasta que se corriera en mi boca, pero me contuve y seguí haciéndole la paja.


De forma disimulada para que no me viese, metí mi mano bajo el camisón y pasé los dedos por la tela de mi braguita, al notar que estaba completamente mojada no pude contenerme y los empujé hacia adentro enterrándolos en mi sexo hasta sentir un tremendo placer. Así seguí, pajeándole y follando mi coño con los dedos hasta que vi como su polla lanzaba un chorro de semen contra mi pecho, estuve a punto de recogerlo con mis dedos y llevármelo a los labios, pero me dio vergüenza hacerlo delante de él y me conformé con ver como ese liquido tibio y espeso se deslizaba entre mis senos dejando un reguero blanco que desaparecía bajo mi camisón.


Creo que el chico vio mi cara y adivinó que deseaba probar su semen, así que intentó otra vez que se la chupara, pero me aparté y le pedí que no insistiera. Después me dijo que la próxima vez que venga a casa no podré resistirme y tendré que hacerle una mamada, y me temo que tiene razón, si viene otra vez creo que no voy a ser capaz de negarme a chupársela, me encantaría tener esa enorme polla entre mis labios y sentir como inunda mi boca con su leche.


Cuando me fui a la cama estaba super caliente y empecé a pensar en algo que me ocurría cuando aún estaba casada con mi ex marido. Siempre que le hacía una mamada fantaseaba con que había otro hombre con nosotros que me penetraba mientras se la chupaba a él, a mi ex le encantaba preguntarme si me gustaría tener dos pollas para mi, una follando mi boca y otra mi coño, y yo siempre respondía que estaba loco, pero lo cierto es que esa fantasía erótica permanece en mi mente.


Ayer por la noche, tumbada en la cama, no podía dejar de pensar en ello, tenía dos hombres jóvenes y guapos en casa y comencé a imaginar que mi sobrino y su amigo entraban en mi habitación y me ponían en cuatro, entonces el chaval metía su polla en mi boca y mi sobrino comenzaba a follarme desde atrás, al instante noté como se mojaban mis bragas y tuve que empezar a tocarme.


Ya se que es una locura y prefiero no pensar en la opinión que tendrás de mi a partir de hoy, pero anoche estaba excitadísima y necesitaba tocarme desesperadamente. Estaba tan caliente y tenía tan reciente lo que hice para ti la otra noche, que cuando pensaba en Javi follándome, no era el coño, le imaginaba penetrando mi culo una y otra vez.


Casi me da vergüenza reconocerlo pero tenías razón, me gustó mucho tener el consolador en el culo. Mientras me estaba tocando pensé en ello y me levanté, lo saqué del armario y comencé a masturbarme, primero lubriqué bien mi ano y después me puse en cuatro chupando el consolador y penetrándome el culo con los dedos hasta que tuve una corrida bestial, no sabes como disfruté.


Aunque te parezca una locura, a cada instante miraba en dirección a la puerta esperando que se abriese y entrasen por ella los dos, de haberlos tenido conmigo les hubiese rogado que follasen la boca y el culo sin parar, no sabes la necesidad que tenía en ese momento de que me penetrasen con sus pollas.
Por la mañana me he levantado temprano para prepararles el desayuno y me he vestido con ropa provocativa, quería demostrar lo guapa que puedo estar, pero creo que a mi sobrino no le ha gustado mucho, espero que no se haya enfadado.


Bueno mi amor, te dejo ya, pero me gustaría que me dijeras si te ha parecido bien lo que he hecho, aunque quizás pienses que soy una guarra y decidas dejarme, si es así lo entenderé, pero te pido que no lo hagas por favor, yo antes no era así, nunca he deseado a ningún hombre que no fuese mi marido, pero desde que estoy contigo he cambiado mi forma de pensar y me siento una mujer nueva y más abierta al sexo, a veces lo pienso y no me creo que haya sido capaz de follarme al hijo de mi hermana, es una verdadera locura.


No sabes lo mucho que te quiero y las ganas que tengo de verte y acariciarte, te espero esta noche mi amor.”


Al leer el mensaje sentí rabia y celos, no entendía por qué mi tía había tenido que hacerle una paja a mi amigo, y menos aún como había podido pensar en hacerle una mamada, se había comportado como una guarra y no podía perdonárselo.


Volví a clase y encontré a Yeray con los otros dos compañeros de equipo con los que tenía que hacer el trabajo, nada más verlos me pidieron a coro que esa tarde fuéramos a mi casa para terminarlo, me miraban expectantes y tuve claro que Yeray les había contado lo que había ocurrido con mi tía. Mi respuesta fue un no rotundo, no iba a permitir que mi tía tuviese sexo con ninguno de ellos.


Enfadado les dejé y me volví a casa, ese día no tenía ganas de hablar con nadie. Mientras regresaba pensé en el relato de mi tía y me di cuenta del enorme potencial que ésta tenía, unos días antes renunciaba al sexo y ahora era incapaz de controlarse y lo deseaba incluso con mis amigos, si seguía manipulándola podría aprovecharme de ello.