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Mi hijo no salía de su asombro al verme toda desnuda. Hasta titubeo su pene y por poco no se para.

Ya estaba acostumbrada a discutir con mi esposo por todo, pero sobre todo por lo desatendida que me tenía, en lo relacionado con el sexo.

Ya que, como mi marido, se la pasa bebiendo con sus amigos, si se le aparece alguna loca que le abra las piernas, es capaz de desaparecerse por varios días de la casa.

Así que cuando comencé con el tema de que debíamos ahorrar agua, no pensé que yo lo fuera a llevar tan lejos.

Pero la pasada semana, en que prácticamente salí desnuda del cuarto para recibir a mi esposo, él ni atención me puso, pero me di cuenta de que mi hijo no dejaba de observar mis nalgas, mis tetas, y sobre todo mi peludo coño.

Y aunque estaba bien consciente de que era mi hijo quien me veía de manera bien extraña, no pude evitar el excitarme, no tan solo por andar así de desnuda, frente a mi hijo, sino por la manera en que yo separando sus piernas, le ofrecía mi coño a mi esposo.

Quien, a la hora de la verdad, me dijo. “Mira mujer, yo estoy muy cansado, anoche me quedé con la de Julián mientras él se quedó dormido por lo borracho que estaba.

Creo que poco faltó para que, le rompiera la cabeza con el palo de la escoba, a mi esposo por su respuesta, pero me di cuenta de que mi hijo estaba presente, me contuve.

Al poco rato mi esposo salió de la casa, con rumbo al bar a reunirse con sus amigos, y de seguro a llenarse la boca diciendo, que se había acostado con la mujer de su propio hermano.

Yo con una mezcla de rabia, excitación, y vergüenza, me fui a dar una ducha, y cuando ya estaba a punto de abrir la ducha, para bañarme.

Apareció mi hijo completamente desnudo, de inmediato al ver que se quería retirar le dije. “Ya te dije que hay que ahorrar agua, que nos las están cobrando bien cara.”

Mi hijo no salía de su asombro, al verme completamente desnuda pero de lo más resuelta, casi lo metí en la tina junto conmigo, lo cierto es que de momento fue que al mismo tiempo que le agarré su miembro, y le dije. “Hay que ver, lo mucho que has crecido.”

Mientras que yo por su parte, mi hijo no podía dar crédito a lo que estaba pasando, pero cuando me agaché, y sin miramiento alguno, sin soltar su miembro me lo llevé a la boca.

Fue que mi hijo, vino reaccionando, por unos pocos momentos me entretuve mamado su verga, pero a pedido de él me puse de píe, y comenzamos a abrazarnos, a besarnos, y acariciarnos.

Y aunque mi mayor deseo, en esos momentos, era sentir toda la verga de mi hijo, dentro de mi peludo coño, por un buen rato me conformé a que él me chupar lass tetas, tal y como cuando era un crio.

Yo chillaba y gemía pidiéndole que me lo metiera todo, mientras que él, aunque por breves segundos se quedaba como paralizado.

En ese momento pensé en mi marido, que es el responsable de todo lo que estaba sucediendo, ya que yo solo deseaba apagar el fuego que me consumía por dentro, y con quien mejor que con mi hijo, que hacerlo con un extraño.

Por lo que apenas dejé de pensar en mi esposo, mi hijo se colocó tras de mí, y comenzó a enterrar toda su verga dentro de mi lubricado y caliente coño.

Mientras que él no paraba de meter y sacar toda verga dentro de mi cuerpo, yo movía mis caderas, al tiempo que chillaba y gemía a todo pulmón, como si me importase poco realmente que alguien la escuchase.

Mi hijo se pudo haber venido en cualquier momento, pero en ciertos momentos, mientras él me empujaba toda su verga, hábilmente le agarraba los testículos, y tras hacerlo sentir un pequeño jalón, volvíamos a comenzar.

Yo dejé de pensar que se trataba de mi propio hijo, en esos momentos pensé que yo era la mejor puta de la ciudad, la que en esos momentos le producía tanto placer, a mi propio hijo.

Esa tarde, le pedí, que se pusiera a mamar mi peludo coño, cosa que yo ignoraba que le fuera a gustar tanto, después de que se vino dentro de mi coño, y tras habérmelo mamado por un buen rato, le volví a mamar su miembro, y cuando nuevamente se le puso bien duro, volvimos a tener sexo, como unos salvajes.

Después de eso nos duchamos, y mi hijo se fue a su habitación sin decirme una sola palabra, en la noche regresó mi esposo bien borracho, yo lo saqué de la habitación, por lo que mi hijo al poco rato salió por curiosidad, y lo encontró roncando en la sala.

De inmediato regresó a su habitación, cuando me encontró acostada en su cama, completamente desnuda, y ofreciéndole nuevamente mi peludo coño, con las piernas bien abiertas….